El Ministerio Público Fiscal informó que el hombre, de 44 años de edad, Pastor de una iglesia evangélica, fue sentenciado a dos años de prisión en suspenso y a cumplir reglas de conducta en un juicio abreviado en el que reconoció su culpabilidad.

Identificado con el apellido Blanco, le mandaba mensajes de contenido sexual a una adolescente que concurría a su iglesia y le solicitaba a la misma que le enviara fotografías de su cuerpo sin ropas. Había obtenido su número telefónico del grupo de jóvenes que se reunían en el lugar de culto. Los mensajes se producían cuando la esposa del hombre se ausentaba de la ciudad.
La denuncia fue radicada por la madre de la víctima luego de observar conductas extrañas en su hija. La mujer relató que la joven “no dormía bien y hasta se quiso autolesionar con un cuchillo cuando Blanco comenzó a pedirle que vaya a su trabajo o a su casa para poder verla”.
El análisis de los teléfonos celulares y el testimonio de la adolescente en Cámara Gesell aportaron a la fiscal elementos para acusar al ahora condenado. La víctima explicó que tuvo “miedo” y “asco” y hasta pensó en matarse.
En su defensa el pastor pidió perdón y alegó que “se había enamorado por primera vez”.
Blanco coordinaba el grupo de jóvenes, mientras su esposa hacía lo propio con el de niños.
La fiscal de la causa calificó el hecho como “grooming en contexto de violencia de género, del tipo psicológica y sexual, bajo la modalidad de violencia doméstica”.
El condenado deberá fijar domicilio, abstenerse de concurrir al de la víctima u otros sitios donde esta concurra, ni acercarse a un radio menor de 80 metros. También le fue impuesta la obligación de costear el tratamiento psicológico de la adolescente para propender a su recuperación y someterse él mismo a uno, con grupos de apoyo.

¿QUÉ ES EL GROOMING?
Es un delito que consiste en el acoso sexual y virtual a niños, niñas y adolescentes por parte de un adulto, generalmente a través de internet, con el fin de conseguir contenido de carácter sexual o pornográfico y a veces, promover un encuentro personal para cometer un abuso.