El Tribunal de Juicio estuvo formado por los doctores Marcelo Manuel Pardo como presidente y los doctores Marcelo Ramón Fleitas y Agustín Martín Gatti como vocales.
El hecho ocurrió cuando el acusado, aprovechando su rol de líder religioso y la confianza de la víctima y su familia, citó a la joven al templo con el pretexto de “orar” para liberarla de un supuesto mal que le habían hecho en su ropa interior en una ceremonia donde cometió los abusos.
Durante una escena planificada por el abusador y mientras oraba para deshacer el “trabajo” que le habían hecho, la desvistió y con la excusa de pasarle un aceite ungido aprovechó para tocarle sus partes íntimas.
La víctima tomó conciencia de que no se trataba de una ceremonia ritual de culto, para curarle un mal, cuando el pastor intentó inyectar aceite en su vagina.
La Justicia entendió que la capacidad de consentir o no de la víctima se determina en función del contexto en que ocurre el abuso, quedando claro en lo testificado por la adolescente que no tenía posibilidad de rechazo por la relación asimétrica de poder con su agresor, por el influjo espiritual, por el engaño en “curar un mal”, y por el género e inexperiencia de la abusada, lo que le ha impedido resistir el ardid y la embestida sexual de un pastor que oficiaba en una iglesia evangélica.
SIETE AÑOS DE PRISIÓN PARA PASTOR EVANGÉLICO QUE ABUSÓ DE UNA MENOR

El Tribunal Oral Penal de Paso de los Libres lo encontró penalmente responsable del delito de abuso sexual agravado por su calidad de ministro de culto tras manipular espiritualmente a una adolescente de 16 años en la localidad de Mocoretá. La Justicia consideró que la menor no pudo consentir libremente sus actos por la relación de poder y engaño que ejercía el imputado.