Lograron recuperarla luego de una persecución a cargo de efectivos de la Prefectura Naval Argentina, así como personal de la Policía Rural y Ecológica, que se inició en inmediaciones del río Miriñay cuando en un control el conductor se negó a presentar los documentos del vehículo y se dio a la fuga.

A raíz de esta situación se alertó a las diferentes unidades hasta que intentaron demorarla en el control policial ubicado sobre la Ruta Nacional N°123 y la Ruta Provincial N°142, en el acceso a la piedra Itá Pucú.
La camioneta es una Volkswagen Amarok doble cabina que registraba pedido de secuestro desde Buenos Aires. Ingresó a gran velocidad hacia la zona urbana de la ciudad, para lo cual se montó un amplio despliegue que contó con la colaboración de la fuerza federal, y concluyó con el hallazgo del rodado, que había sido abandonado por su conductor.
El vehículo presentaba adulteraciones en la chapa patente y en la numeración de chasis y motor, además de carecer de los asientos traseros, lo que hace suponer que se había acondicionado para el transporte de estupefacientes.